A nadie.

Que podemos hallar el todo en nosotros mismos,

y la nada, si pretendemos hallarnos en otros.

Que cuando respiras, 

sin saber cuantas veces entró aire en tus pulmones,

alguien termina la cuenta, y un otro la empieza.

que si tu ríes veinte lloran.

Que el sol que estés mirando ahora,

es el mismo que alumbra mi luna.

Que por buscarnos en el universo podemos perdernos,

encontrar el vacío y se nos escapen las razones.

Aunque talvés no me encuentres, aquí esta muy oscuro.

Que eres eso,

uno en millones.

Completamente distinto a mi, y a todos.

Tus palabras no tienen mis vocales,

ni tu piel mis quemaduras por el sol.

Tranquilo te prestaré mis ojos,

y verás mi mundo a través de ellos.

Tómalos como si fuesen tuyos.

Verás que el verde de una manzana es mas cálido que el amarillo del oro,

aunque quizás no lo veas, nunca lo llevo encima.

Mis tesoros tienen piel y corazón,

respiran.

no los puedo tener siempre conmigo,

y sin embargo los llevo todo el tiempo en mi.

Algún día quiero ver los tuyos.

Ver tus cielos y como tu sol alumbra mi luna.

Llevo poco equipaje, y estoy cargado de historias.

Te diré hola en el idioma que quieras,

y solo adiós cuando termine mi cuenta.

Ignora al mundo donde:

Eres enemigo, eres aliado.

pero respiramos el mismo aire.

me atacas te ataco,

y te exilio de mi hogar gritando tu nombre con el sonido de la muerte,

y al final, de este poema y de todas las cosas.

queremos ser iguales y somos distintos,

¿de verdad queremos ser iguales?

Si por alguna razón estas palabras al igual que la vida

van dirigidas a nadie en particular,

y a todos por igual.