No era una exótica orquídea esculpida por manos expertas.
de brillantes colores, mucho menos sus pétalos suaves como seda.
Pequeña en comparación con otras que posaban a su lado, esperando la caricia del que admira la belleza. No tenía olor fragante usado en esencias costosas.
No era atrevida ni coqueta
Y su brillo, diferente.
Sí curiosa y juguetona,
con risa cálida y envolvente .
Pura e inocente al mundo frío y cruel
de imaginación oscura. Libre, rebelde... luchadora.
Cuando se creía marchita
una ráfaga de viento la cubría...
renaciendo en otra parte,
igual de bella.
Sus pupilas no eran flor de jade, de belleza indescriptible.
Más eran noche y chocolate. Cálidas, sinceras, misteriosas y profundas.
No era otra, sin duda.
Era ella, sólo ella.
De belleza simple, mágica.
Que daba libertad con solo verla, que llevaba a viajar en el tiempo,
que invitaba a amar así
sin prejuicios,
sin maldades,
sin mentiras.
Eso era ella, tan solo un diente de león, delicado e invencible.
No era otra, era ella.
Nadie más que ella.
- Autor: M. Pérez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de junio de 2018 a las 15:17
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
- Usuarios favoritos de este poema: Sami Härkönen, Shane Spielrein
Comentarios2
Hermoso como un diente de león.
Abrazo con el alma
Muchas gracias Texi, por dedicar tiempo a leer y comentar.
También un abrazo con el alma de mi parte.
Buen texto sra luna
Como los dientes de león
Gracias por seguir leyendo y comentando, compañero poeta.
Un cordial saludo para usted.
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