Su joven mirada
despuntaba el día,
y la magia de sus ojos
se colgaba del cristal;
pretendiendo abrazar
un amor terrenal.
Año a año se fue empañando
el ventanal de su vida,
sin conseguir su anhelo
a pesar de su desvelo.
Su piel ungida
por la perpetua pasión
se adormecía en prisión
cual caricia dormida.
No pudo ser madre,
fue mujer,
y a pesar de querer
un hijo parir;
no pudo sentir
ese amado placer.
Envejecida en su lecho,
con un dulce suspiro
escribió en un papiro
el dolor de su pecho.
Jorge Aimar Francese Hardaick
Escritor y Poeta - Argentina
Derechos de Autor©
- Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 27 de junio de 2018 a las 22:37
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Comentarios3
Triste historia versada estimado autor más sin embargo es una hermosa obra poética. Le felicito. Un cordial saludo.
Gracias por tu bella apreciación estimada poeta Ma. Gloria. Un cálido y cordial saludo.
Una triste historia en un lindo poema, gusto leerte Jorge
Gracias por tu siempre grata compañía en mis humildes letras querido amigo poeta Fabio. Mis afectos de siempre en un fuerte abrazo.
Asi de caprichoso es el destino...
Un abrazo
Destino que, lamentablemente, se analiza en el pasado. Gracias por dejar tus huellas apreciada poeta Texi. Un cordial abrazo.
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