Sueños de amor

Sueños de amor

Había una vez un pueblito muy lejano,

lejos del bullicio de las grandes ciudades,

donde no había tecnología, ni televisión.

Todos vivían felices compartiendo amistad,

se saludaban de mañana, se ayudaban en todo.

Unos cultivaban la tierra, otros cuidaban animales,

luego hacían intercambio, sin poner precio;

Cambiaban una gallina, por unas patatas,

en ocasiones hasta, cocinaban las mujeres,

los hombres jugaban con los niños

y luego se sentaban a comer y a reír.

Había en medio de todos, un muchacho extraño,

siempre vivía soñando, no jugaba, soñaba,

comía poco, soñaba mucho y siempre;

Caminaba cabizbajo, con las manos atrás,

y aunque estaba siempre presente,

no hablaba casi, solo soñaba y soñaba.

Algún día el pueblo se reunió y lo confrontó.

No podían aceptar que siguiera en su estado,

que no compartiera, que solo se le viera

distraído, melancólico, viviendo por vivir;

Querían saber que pensaba, que necesitaba,

como podían ayudarlo para salir de ese estado.

El les dijo, que alguna vez, siendo más pequeño,

había soñado con una niña muy hermosa,

que le prometía ser felices… juntos.

A pesar de lo tranquilo del pueblo,

el no era feliz, quería a su… niña de los sueños,

por eso siempre soñaba, tratando que su sueño,

se volviera esa hermosa realidad.

El anciano del pueblo al escucharlo,

solo le dijo: Nunca abandones tu sueño,

por imposible que sea, por difícil de realizar.

Esa noche el se acostó en el césped,

con el cielo por cobijo y las estrellas por testigo,

y la vio, se tomaron de la mano y caminaron…

Al día siguiente los habitantes se asombraron,

allí en medio del campo, había dos matas,

una rosa encarnada, sangre de toro,

y un clavel de blancura especial,

lo extraño era que sus tallos estaban entrelazados

y de ellos brotaba un aroma inigualable.

De repente sonó un ruido como de campanas,

era el despertador que me llamaba,

tardé un poco en entrar al mundo real y pensé,

que el mensaje de mi subconsciente era claro,

debo esperar a la mujer de mis sueños

y cuando llegue, la vida será un paraíso,

lleno de flores y deliciosos aromas,

así debe ser el amor, creo… estoy seguro.

Ron Alphonso

27 de junio de 2018