Ingratitud
Cuando en aquella noche del 6 de junio del año 1984,
Dios me regaló la inmensa dicha
de tener entre mis brazos a mi segunda hija,
no llegué a imaginar que algún día
pasaría de ser su protector incondicional,
a un total desconocido
y que debía utilizar los buenos oficios de la Nana,
para hacerte llegar un mensaje de parabienes,
pero la vida pasa y con ella sus múltiples episodios y malentendidos.
Afortunadamente pude cumplir de manera mínima,
con mis deberes de padre,
hasta que la independencia tocó a tu puerta,
lo que me da la falsa tranquilidad por la que hoy transito,
con la mar de dudas que me sumergen,
en el cruel cuestionamiento de...
en que me equivoqué,
que estupidez de ebrio ser... cometí.
Creo que la duda seguirá por siempre
y en mí... ya de por sí, tortuosa existencia,
represente un carbón mas, del fuego castigador,
al final de los tiempos.
Valdrá la pena, por el supremo orgullo que me produjeron
tus triunfos y la alegría de haber podido apapachar
aunque con reprimido amor, a mi nieta, la
extensión amorosa de tu existencia.
Solo pido a Dios que hoy la vida te dé,
las satisfacciones del triunfo, del que bien actua.
Que cada dia el nuevo sol que te alumbre,
sea mas brillante, que el del ocaso pasado.
Muchos años más de vida y las bendiciones que acompañen
mi promesa eterna y siempre vigente, de amor infinito.
Que tengas un muy feliz cumpleaños,
que la vida te permita rectificar algún dia. Te amo.
Ron Alphonso
6 de junio de 2016
- Autor: Ron Alphonso (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 28 de junio de 2018 a las 22:21
- Comentario del autor sobre el poema: A veces los hijos se dejan dominar de la soberbia...
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 8
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