En sus trenzas la luz caracolea
brindando claroscuro de dulzura
mientras que la mañana se recrea
en su morena piel y su tersura
en sus dientes de blancura nívea.
Todo al fin pasará y solo perdura
este amor a la niña de los Andes
mi amor sin fin, sin límite ni bordes.
- Autor: lapiedraviene (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de junio de 2018 a las 00:49
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: Hugo Emilio Ocanto
Comentarios1
Bellos versos, Murialdo.
Placer leer.
Cuando quieras visitar... estoy en el portal.
Un abrazo.
Hugo Emilio.
Gracias amigo. Saludos.
No sabía estabas en heladera.
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