Sobre amistad e hipocresía

Oh amigo, ¿Por qué me pones en esta encrucijada? Si me cuentas el chiste de la jirafa que patinaba sobre hielo y se hizo una luxación cervical y le tuvieron que poner un collarín, me veré entre la espada y la pared. Ante todo, desearía darte a entender que el chiste es pésimo para que lo eliminases de tu repertorio, pero me lo has contado con tanto estusiasmo, levantando la cabeza para imitar a la jirafa de esa manera tan peculiar, que has estado a un tris de luxarte tú también, y todo por verme esbozar una sonrisa. Yo aguardaba espectante el final cuando me ha caído encima como una losa tu confirmación de que el chiste había terminado ya, y me he visto obligado a reír para que no te hundieras. Bien sabes que no me gusta ser hipócrita, de modo que no me vuelvas a poner en esta tesitura o perderemos nuestra amistad. Por otra parte tengo que comunicarte una noticia. El caso es que  yo no suelo comprar lotería, pero el otro día me regalaron un décimo y lo acepté para no parecer desagradecido. Y mira tú por donde que he sido agraciado con el gordo. creo que me han caído encima 20 kilos de billetes y 50 de monedas. ¿Qué dices, que te alegras mucho por mí? No es preciso que lo jures, pues se te ve tan emocionado, los 2 lagrimones que caen por tus mejillas así lo corroboran. ¡Amigo!¿Qué te ocurre?Creo que te ha dado un vahído. Debe ser producto de la alegría. Me conmueve tu empatía pero tengo que decirte que no me he quedado con el dinero, ya que lo he donado a una buena causa. Salvemos a los esquimales es el nombre de la organización en cuestión. ¡Oh, amigo! no me abraces tan fuerte. Ya sé que no esperabas menos de mí y que tú en mi lugar habrías hecho lo mismo. Es pura coincidencia que habiendo tanta gente en el mundo como nosotros, la miseria y el hambre estén a la orden del día. Desde luego que no tiene explicación. Bueno, amigo, te dejo que dejar para resolver un pequeño problemilla que me ha surgido. ¿Que si me puedes ayudar? Ahora soy yo el que me estoy emocionando. Siempre a mi lado a las duras y a las maduras. Ya que lo dices, quizás podrías echarme una mano. El caso es que como he donado el dinero, ya no tengo ni donde caerme muerto y me gustaría que me ofrecieses alojamiento en tu casa hasta que salga del apurillo. Tengo 3 perros y un loro, pero son civilizados, los he criado bajo la batuta del respeto y no ocupan mucho espacio.¿Qué, amigo? ¿Ahora eres tú el que tienes que hacer algo?Espera amigo. ¡¡¡Amiiiigoooooo!!!