Amoniaco es lo único que tomo
después de aquella noche sobria,
en donde una brecha de amor lucido
acaricia y acompaña nuestro deseo.
No me arrepiento,
el barullo no produce miedo,
sigo en la búsqueda con intensión de conquista
de aquellos labios con sabor y suave tacto,
recordándome la crema batida de aquel café
que tome a tu lado.
Es increíble como estoy creyendo,
imaginando, pensado y soñando
repetidamente de tener tus labios,
pero mientras el horizonte este inmóvil,
no sedo al fracaso, de una vez más,
probarlos a tu lado.
- Autor: L.O.V.E (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de julio de 2018 a las 21:27
- Categoría: Amor
- Lecturas: 83
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.