Ecos de un trueno de antaño,
que se repite alejándose.
Como se alejan las aguas,
libres, los campos mojando.
En los senderos hollados.
Donde la hierba se agosta,
con el paso de los años.
Pensamientos que se alejan,
perdidos en el pasado.
Amores que en el olvido,
brotan como desengaños.
Algunos en blanco y negro,
otros con tintes dorados.
Pero que el eco repite,
machaconamente ufano.
Pintándolos de colores.
O en negro para olvidarlos.
Besos que por repetidos,
no tienen significado.
Como caricias del viento,
reiteradas sin descanso.
Ajenos a la ternura.
Sin corazón y sin pálpito.
Como miradas esquivas,
ignorantes de lo humano.
Eco que dobla la idea.
Que triplica los agravios.
Que multiplica por mil,
los temblores de las manos.
Cuando una vida se aleja,
llevándose lo que amamos.
Eco que el eco del tiempo,
nos martillea a diario.
Ojos que nunca se olvidan.
Una imagen indeleble,
A fuego se apoderaron,
de un trozo de nuestra alma,
en nuestra mente flotando.
Con el eco de su risa.
Con sus poderosos rayos.
Con ese brillo inaudito,
que sus pupilas dejaron.
Ecos de un trueno de antaño.
Que melodiosos a veces,
llenan de magia los años.
Ecos de risas y juegos,
y también de desengaños.
De la belleza de un beso,
que hace bello lo malvado.
De aquella tierna caricia,
que hacia vibrar los órganos.
De hermosos atardeceres,
cuando el amor es tu amo.
Despierta el sueño, y el eco,
va repitiendo el pasado.
A. L.
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- Autor: alupego (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 4 de julio de 2018 a las 04:54
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 27
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