Mi capricho de verano

Más duro que perder la cabeza por ti es no tenerte cuando se me antoja, ya sabes que soy caprichosa.

El verano siempre será nuestro, no necesitamos más que la ilusión de vernos cada mañana y la tristeza de despedirnos cada noche hasta la mañana siguiente, y así todo el verano, mes tras mes, hasta la despedida definitiva en agosto.

Entonces, llega la vuelta a la rutina y nos olvidamos hasta el prómixo verano... en el que nuestro amor renacerá más fuerte cada año y nos quemará por dentro. Demasiados años para soportar tanta intensidad, para lograr olvidarnos el resto de estaciones y dejar de pensarnos. Demasiado tiempo tan dentro de mí. Ya formas parte de mi ser.

Pasan los años y aún tengo grabadas en mi mente tus miradas y sonrisas, poesías clavadas en mis entrañas. Podía haber elegido quererte, inconsciente de mí no sabía lo que estar contigo me hacía sentir. Podía haberte querido elegir y no haberte perdido en la oportunidad.

Un túnel oscuro sin principio ni fin, una llamada en suspenso, y mis pensamientos suspendidos en el viento de esa cálida brisa que acaricia tu boca en el mes de julio. Nuestra historia de idas y venidas es una incertidumbre que me inquieta, ¿cuándo será la última vez que bese tu desnudez?