Que placer era cuando estabas aquí,
cuando podía mirar tus ojos y hacerte una sutil caricia.
Que placer era sentir tu presencia incomparable y ese comportamiento tan amable que sólo tú eres capaz de transmitir.
Que placer era vivir un sueño estando despierto, incluso a la hora de dormir.
Mi placer fue convertir las mañanas en historias que las letras me ayudan a describir.
Mi placer vino de ti, vino de tus labios rojos, tu sonrisa acomplejada que yo moría por hacerla un día parte de mí.
Tu mirada, mi existir, las pasiones vanas nunca te podrían sustituir.
Tú, mi fuerza al resurgir, los detalles de vuelven indispensables, si de nuevo el motivo viene de ti.
Que placer es revivir la memorias moribundas, darles vida para que nunca ellas dejen de existir.
- Autor: Fernando? ( Offline)
- Publicado: 8 de julio de 2018 a las 18:40
- Categoría: Amor
- Lecturas: 80
- Usuarios favoritos de este poema: Enamorada de la luna
Comentarios1
Rememorar esos momentos con ella es lo que te hacen vivir y aún desearla y no quieres que muera ese amor, que se vuelve moribundo si ella deja de existir.
Un placer leerte.
Buenas y bendecidas noches, amigo.
Saluditos.
Un placer también para mí. La envío mis saludos y le agradezco.
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