Cuando el triste dolor de lo vivido,
quiera turbar de noche tu reposo;
cuando el cielo se cierna proceloso,
mostrando el sinsabor de lo perdido…
Entiende que mi pecho, aunque ha sufrido
embates de un destino tenebroso,
alberga aún el sueño más hermoso,
en la luz de tus ojos, renacido…
Déjame entrar, Amor, en tu existencia,
permite que te envuelva mi locura,
ahógate en el mar de mi inconsciencia,
abrásate en mi fiebre de ternura;
y en la gloria inmortal de tu presencia,
que me abra paraísos tu hermosura…
- Autor: julio0302 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 14 de junio de 2010 a las 11:39
- Categoría: Amor
- Lecturas: 126
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