Le entregue todo a aquel hombre
mi juventud, mi ilusión,
mi cuerpo y mi pasión.
Le entregué también mi amor
En cita a ciegas nos vimos.
Me gustó nada más verle.
Deseos de poseérle
se apoderaron de mí.
Me advirtió que no era libre
y que estaba casado,
que si lo había aceptado.
Dije que no me importaba
Fue en el segundo encuentro,
apenas sin conocernos,
loca ansia de poseernos
a la cama nos llevo.
Dentro de la habitación
puso su boca en la mía,
que ya abierta la tenía,
y con pasión me besó.
En aquel segundo encuentro
el sexo fue fascinante.
Me propuso ser su amante.
Dije enseguida que si
Y no es que me sedujera,
con el fui porque quería.
Y así fue que aquel día
empezó la relación.
Me llevaba muchos años,
su hija podía ser,
Inquirió mi parecer.
Dije que me daba igual
No hubo por su parte engaño.
Nunca me ocultó nada.
Cumplió la palabra dada.
Dijo siempre la verdad
Se portó muy bien conmigo.
El atendía mis gastos,
que no eran nada fastos,
y en los pagos me ayudaba.
Yo nunca le pedí nada.
Sin decirle comprendía,
y en mi ayuda acudía
siempre que lo precisaba.
También me daba dinero
cada vez que me faltaba.
En él siempre confiaba.
No halle nadie como él.
No me sentía pagada
por aceptar su dinero,
ni el nunca estuvo altanero
cuando dinero me daba.
No era ni soy prostituta.
No me vendo por dinero.
Me entrego al hombre que quiero
y ese hombre era él.
Cierto día sucedió.
Bebí más de lo debido,
mi mente se había perdido
flotando en nubes de alcohol
Nunca se lo habría dicho.
Entonces fue diferente.
Se lo dije claramente
lo que quería decir.
Bebí para decírselo
o dije porque bebí.
Decírselo no debí,
pero lo dicho está dicho.
Le rogué, le suplique
que conmigo se quedara,
de su mujer se olvidara,
y se quedara conmigo
Al oír mi explicación
quedó en silencio un buen rato.
no le resulto muy grato
pero sereno escuchó.
Cuando el silencio rompió
dijo no podía ser.
Que el amaba a su mujer.
Que nos quería a las dos.
No tuve otro remedio
que aceptar su decisión
con sumisa abnegación;
no quería romper con él.
Me decía que me amaba
y yo que no le creía,
le decía que mentía
el me juraba que no.
Si realmente me amase,
pensé, llegaría un día
que conmigo quedaría
y dejaría a su mujer.
Fui su amante muchos años.
Me entregaba embelesada,
felizmente agotada
del sexo que tenía con él
Mas un día reflexioné.
¿En qué estaba yo pensando?
¿A que estaba yo esperando?j
No había futuro con él.
Las frías tardes de invierno,
en mi humilde habitación
de aquella triste pensión,
tenía que pasarlas sola
Mientras él, con su esposa
feliz se refocilaba,
seguro no se acordaba
de esta pobre mujer.
Solo un día a la semana
venia a yacer conmigo
cual si fuese un simple amigo,
para marcharse después
Pensé reflexivamente
que así no podía seguir.
Ese modo de sufrir
me dejaba el alma helada
Quería dejarle de amar,
mas siempre que me miraba
fascinada me quedaba.
No sabía cómo hacer.
Decidí reprimir mi amor
minimizar mi querer
aquel hechizo romper
hasta dejarle de amar
Tomé esa decisión.
Del hombre del que enamoré,
a quien tanto idolatré
nada podía esperar
Mas con esas reflexiones,
con aquellos pensamientos
surgían remordimientos
difíciles de erradicar
Poco a poco conseguí
lo que estaba pretendiendo,
la pasión fue remitiendo
y el amor se extinguió.
Seguí con él por el sexo
excepcional que me daba,
que era lo que deseaba,
aun sin proyecto en común
Astuto advirtió en mi el cambio,
el hecho le sorprendió.
- Que te ocurre - inquirió -
- ¿acaso ya no me amas?
- ¿Vas a quedarte conmigo
si te digo que te quiero?
¿eso harías?, no lo creo.
Esto tú nunca lo harás.
Entonces ¿porque preguntas?
El escuchó con hombría
las cosas que le decía
a las que no contestó
Pasaron algunos años
de aquel molesto incidente.
El seguía vehemente
puesta en mí su atención
Llegó un día que enviudó.
Vino a hacerme la propuesta,
seguro de mi respuesta:
Que fuera a vivir con él.
Del subconsciente emergió
el deseo de venganza.
Durante tiempo y a ultranza
había incubado en él
Tardé en responderle un rato,
igual que él hizo conmigo.
Una especie de castigo
que estaba imponiéndole a él.
Estuve tiempo esperando
a que él se decidiera
y conmigo se viniera,
a lo que nunca accedió.
Y ahora que solo estaba
me venía a buscar.
No era manera de amar.
Le dije que ahora ya no.
Con palabras muy concretas
le vine a manifestar
que no iba a resucitar
mi amor ahora extinguido
Tuvimos una discusión
como nunca antes tuvimos.
después de la cual rompimos.
No nos volvimos a ver.
Y de aquel sublime amor
sólo me queda el recuerdo.
Yo siempre de él me acuerdo
y de mi gran pasión por él
Y no le guardo rencor
por su modo de actuar,
sobre su forma de amar
que nunca jamás comprendí.
Barcelona, 10 julio 2018
josecarlosbalague
- Autor: josecarlosbalague (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 12 de julio de 2018 a las 18:47
- Comentario del autor sobre el poema: No hay nada peor que una mujer despechada. Esta es la historia de un gran amor que terminó por despecho de ella. josecarlosbalague
- Categoría: Amor
- Lecturas: 37
Comentarios2
Con atención seguí tu historia que tuvo un final especial pero en otros casos tienen final diferente. Mi gustó tu poema, saludos
Gracias. No leí tu comentario hasta ahora. Estuve ausente. Repito. Gracias.
No habia leido este. Me encanto tu poema.
Gracias a ti también. Celebro te gustara el poema.
josecarlosbalague
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