Cuántas veces estuve
esperando tus letras,
y el mensaje soñado
que viniera con ellas,
pero solo el silencio
golpeaba en mi puerta,
y pasaron los días
y las noches eternas,
yo pedía a los cielos,
y a la luna y estrellas,
que gritaran tu nombre
y que tú respondieras,
porque así me darían
las noticias completas,
aliviando mi angustia
y las fuertes ojeras,
por los sueños perdidos
en las tardes sin siesta
y en los días tan largos
persiguiendo quimeras...
Cuántas veces, sin rumbo,
he buscado tu reja,
y el balcón de tu casa
y el jardín de la huerta,
porque en ellos, quería,
encontrar lo que fuera,
que tuviera tu sello,
tu perfume y tus huellas,
aún recuerdo las rosas
y también las violetas,
que cubriste de besos
con tus labios de fresa,
y es que quise encontrarte
por paseos y aceras,
además del sendero
que conduce a la iglesia,
yo tenía esperanzas,
de una forma sincera,
de encontrarte y hablarte
y escuchar tu poema...
"...Cuántas veces los hombres
nos quedamos a medias,
al soñar, como niños,
con caritas de seda..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/07/18
- Autor: Pyck05 ( Offline)
- Publicado: 14 de julio de 2018 a las 13:26
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 68
- Usuarios favoritos de este poema: LUIS ADONAY VENEGAS LEYTON, La victoria, Luna en mar
Comentarios1
Bellas letras diciendo verdades propias de tantos soñadores del tiempo y de las profundidades del alma.
Gracias por compartir.
Purenino
Gracias por tu comentario, Luis Adonay.
Un abrazo.
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