Lentamente, sin pausa…
Con igual paciencia,
que la gota horadando una piedra.
Con la fuerza de un trueno,
mudo.
La luz de un relámpago,
ciego.
Sin anestesias,
sin romper la piel, sin sangre, ni saña.
En cuerpo y alma, me entrego,
A la muerte,
en blanco.
- Autor: Mercé ( Offline)
- Publicado: 14 de julio de 2018 a las 16:36
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 49
Comentarios1
Me gustó tu poema con final inesperado.
Saludos.
Pau
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