Una ausencia herida grita
cuando abro la puerta y tu espera ya no está,
cuando el silbido no te trae conmigo,
cuando tu cuerpecito no acompaña el frío que se cuela entre las cobijas.
Ya tus pelos no se encuentran en toda mi ropa negra,
la comida dejó de ser un ritual nuestro,
los paseos por La María se convirtieron en solo dos pies caminando.
Ya nadie se me sienta en la panza creyéndose gato,
ni me aplasta la cara con sus garritas para dar un paseo.
El día que te fuiste, llovió
como si le rompieran el corazón al cielo.
Como a mí.
- Autor: Alejandra Galeano. (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 17 de julio de 2018 a las 12:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 32
Comentarios1
El amor de las mascotas sólo acaba cuando mueren¿estoy en lo cierto?Una hermosa presentación de una rutina que casi es un rito.
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