Era el viento una tibia caricia de última hora, en aquellas frías tardes de febrero. Me regalaba tus palabras cada vez que me asomaba con alas a tu presente.
Unas veces me regalaba paz, otras añoranza, otras tardes me regalaba el dulce de tu voz o tan solo me traía tu mirada. He de confesarte que en todas, sin tú quererlo y sin yo pretenderlo, consiguio que prenda por ti enamorada.
Eva
- Autor: Eva ( Offline)
- Publicado: 18 de julio de 2018 a las 13:52
- Categoría: Amor
- Lecturas: 17
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