Caminó el poeta por los vórtices de precipicios,
en angustia cruenta por encontrar a su esquiva musa,
arremetió contra los tropos efímeros y ripios,
lacerado en su espíritu por la culpa que lo acusa.
Extendió su tristeza agitada por las fuertes zondas,
sumió su mente ya cansada en un búcaro corinto,
anidó el ingénito verso en el filo de sus frondas
y como gerifalte, mando a batallar a su instinto.
Aun así, las respuestas fueron nada, tristeza y llanto,
entonces su alma buscó la razón en una sibila,
ella le respondió: Tu desgracia fue el amarla tanto,
tu amor se anida aún más y la soledad te aniquila.
En el umbrío rincón de su cativa soledad,
el poeta imprecó contra su cruel y fatal destino,
más una luz colmada de amor arropó su ansiedad
y tiernamente le mostró el propósito de su sino.
Andrés Romo
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- Autor: Andrés Romo (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de julio de 2018 a las 00:02
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 24
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana, Ana Maria Germanas
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