UNA HISTORIA DEL ALMA

Y ahí salió ella
con su vestido blanco de rosas
Sonriente y hermosa
Y yo estaba ahí, sin saber que el amor de mi vida cruzaria las escaleras de aquel hotel,
como cuando el destino te lleva de la mano,
Nuestras miradas se cruzaron, y llegó la imagen perfecta,
Su mirada rasgada ya la había apreciado, en otro lugar, otro,
ambiente, otra ciudad, tal vez la memoria me impidió recordar su nombre y ella el mio, pero así es el destino, audaz, simple, mágico
No olvidó esa mirada sorprendida y coqueta, y ese Hola!!, que se convirtió cotidiano y de todas las mañanas en un buenos días mi amor.

Pero hoy solo queda el recuerdo de esa bella vida, de la felicidad absoluta, de los buenos momentos vividos con el amor de mi vida, sí el amor de mi vida.

Ahora ella ondea otro vestido, atrae otras miradas, y yo a la espera de que el destinó vuelva a ser audaz y mágico, y me muestre de nuevo el amor, uno que me haga fuerte en superar pero jamás en olvidar a esa mujer que le entregué todo.