* Pequeño Ventanal

Wellington Rigortmortiz

Una cortina virtual

separa nuestros

cuerpos desnudos,

en magnetismo repelido,

en medio de la distancia,

…un pequeño portal,

ventanal pequeño,

nos muestra

como somos en la intimidad,

la carne que cubre

todo aquello que amamos

con los ojos mortales ciegos,

de mi lado,

un torbellino húmedo

empaña el cristal magnético,

en nuestros mundos separados,

cada uno es bañado

por la misma cascada

de distinto reflejo,

formas y figuras puedo observar,

tan exactas, erótico cada relieve,

fina piel como

la que debe tener el viento,

mojada refleja la luz de la luna,

cuan bellas son sus formas,

desde sus pies hasta su cabello,

su aura que emana por cada poro,

es brisa que trae al rocío,

en gotas de ligera sabia

por sus pechos se desliza,

como manto de velo,

su espíritu en forma de niebla

se desliza por sus cumbres,

un paisaje que siempre admiro

desde las puertas

de esta cabaña de ilusiones,

su viaje es

hacia el sur de sus formas,

en el bosque fértil

de fecundos amores

se esparce y se divide,

su camino continua

por sus hermosas

columnas torneadas,

termina en sus pies

y se evapora a su alrededor;

…este pequeño portal

me muestra todo aquello

que aún no puedo tocar,

que quisiera volver a respirar,

la calma es prolongada,

lástima y nos duele,

es lo único

que el pequeño portal,

por su ventanal

permite pasar,

mi alma se llena de una

indescriptible bendición,

bañados estamos los dos

por nuestras respectivas

cascadas de pasión,

imaginando

el momento que

guardado esta

bajo sagrada llave,

…una cortina virtual

separa nuestros

cuerpos desnudos,

en magnetismo repelido,

en medio de la distancia,

el pequeño portal,

ventanal pequeño,

me muestra todo aquello

que aún no puedo tocar,

que quisiera volver a respirar,

la calma es prolongada,

lástima y nos duele,

es lo único

que el pequeño portal,

por su ventanal

permite pasar;

el hermoso instante

se desvanece mientras

recuperamos el aliento,

los latidos recobran el eco

de lo que somos,

y el reloj de los tiempos

cae a nuestros pies, se rompe,

orgulloso de lo que fui,

grito mi lamento ingenuo

que ojalá puedas oír,

aquí y ahora he de existir,

ojalá me puedas recordar

dentro de tus sueños,

como yo a ti

después de cerrar

el telón magnético,

al apagar el pequeño ventanal,

al cerrarse el portal.

 

Wellington

  • Autor: Rigortmortiz (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de julio de 2018 a las 01:04
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 44
  • Usuarios favoritos de este poema: Sophia Sea, Luna en mar
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