Mira que luz,
nos alumbra,
justo ahora,
que mis manos,
han topado tus pechos.
Y tú mirabas,
la plateada esfera,
de esa luna llena,
mientras me ofrecías,
dos montes erectos,
en las cimas blancas,
de mi ruta por tu cuerpo.
Mira a que huele,
que viene,
de ese olivo pardo,
de perlitas verdes.
Y tu espalda,
recostada,
sobre el tronco pardo,
estrechando el espacio,
sobre la línea invisible,
de tu cuerpo y el mío,
mientras,
exhalabas aromas,
a olivas vírgenes,
y balsámico aceite.
Mira que el aire,
me sabe,
a aliento de,
fuego y sigilo.
Y tu boca,
como boca de viento,
arrasaba la mía,
en la más,
acallada oratoria,
que cuando tú besas,
para nada hace falta,
que te expliques,
ni yo entenderte.
a.rodríguez.
- Autor: Antonio Rodriguez Bazaga ( Offline)
- Publicado: 27 de julio de 2018 a las 04:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Ana Maria Germanas
Comentarios1
Me agrado muchisimo, esta bella poesia, Antonio.-
Un cordial saludo.-
Muchisimas gracias amiga Ana María. Saludos cordiales.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.