Paradoja del Horizonte

Sinediè

 

Los hombres van para arriba y para abajo, para un lado y para otro, por lo que lo único que podemos saber de ellos es que siempre están en medio. Si están siempre en medio quiere decir que no van en realidad a ningún lado, por lo que permanecen quietos esperando poder llegar a algún lugar en donde aun no se hallan parado, o sea: que no paran.

Si están quietos y no paran: no paran de estar quietos. Si esperan parados poder llegar a algún lado: no paran en ningún lado por lo que siempre están inquietos. Si están inquietos no están en calma, por lo que no pueden descansar, así que tratan de dormir despiertos y se quedan otra en medio de la vigilia y el sueño levantándose medio dormidos; por lo que solo les queda tiempo para pensar a donde van aunque aun no hallan llegado.

Al final al único sitio que llegan es al que no van; o sea: al sitio donde están que es al único donde no han estado. Conclusión: no están donde están. Fuera de sí están dentro, siempre en medio de sí mismos a ambos lados del espacio deformado por los demás; resistidos a existir sino a través de otros; por lo que yo no existo: soy una ilusión de su falta de movimiento, el obstáculo de la imaginación…

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