La oscuridad de mi alma y este calor a las 11 de la noche, y la lámpara encendida, y la luz apagada, y esta sombra a medias, y este pensamiento constante, y este recuerdo del pasado que es más bien presente, y esta violencia que se agita en mi pecho y que me pesa en los brazos y que me encierra los ojos y que me duerme los sueños. Y este insomnio, y esta decisión de no dormir, o de dormir demasiado, y este dolor...este dolor tan disponible para ser vivido, tan ignorado por tanto tiempo, tan escondido, tan cultivado en la tierra, tan regado por la ausencia...este dolor de vida, de muerte, de que aquel no sabía lo que hacia y yo tampoco...y este castigo que me repito, y esta culpa que cargo, y esta piedra en el camino que yo siempre pongo frente a mi. Ay las heridas del sexo, del amor, del desamor, del cuerpo hecho objeto, de mi cuerpo que está ahí pero yo no, de esta razón del uso y del desuso, del irrespeto...de una carne que no habita ningún alma, de ser visto sin ser visto, de tocar sin ser reconocido.
- Autor: Lechuza (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de julio de 2018 a las 01:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 63
- Usuarios favoritos de este poema: Lechuza o Paula la Loca
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