Para Julián o para mi.

Me odio en mis entrañas putrefactas, en las cavernas, en las flores, en lo que brilla en mi. Me odio en el barro pesado que ensucia cualquier atisbo de belleza. Me odio en mi egoísmo y en mi incapacidad para amar y para ser amada. Me odio en la serie de instantes que son mi vida y en este instante también. Me odio por ingenua, por soñar demasiado y por abrir poco el corazón en realidad. Me odio por vivir con miedo, me odio porque me he odiado siempre. Me odio y me da nauseas, me odio y tengo mareo y ganas de vomitar ante el asco que me producen ciertas situaciones de mi vida. 

Me odio por acuchillarme cada instante juzgando lo que siento, me odio por no permitirme ser cuando estoy contigo, me odio por quererte y no saber como, me odio por asustarme cuando parece que alguien me quiere de verdad, pero que no sé como cumplir sus expectativas. Me odio porque me duele la garganta y a veces quisiera que me ahorcaran hasta la muerte. Me odio porque quiero ser sangre manchando una pared blanca,me odio por mi agresión. Me odio por lo que él me hizo y yo le permití. Me odio por nunca ser suficiente, me odio porque la espiritualidad me enseñó que yo debía ser otra y yo me lo creí. Me odio porque mi mamá no me amo lo suficiente, me odio por no saber comprender su amor. 

Me odio cuando pienso en ti y sé que voy arruinarlo todo. Me odio por mis ganas de escapar. Me odio porque me duele la cabeza y me torturo y juego a no dormir, o a no masturbarme porque no lo valgo. Me odio por haber huido tantas veces. Me odio por ser tan vulnerable. Me odio porque no puedo ser amada como mujer y persona a la vez. Me odio porque tú te fuiste, porque se fueron todos. Me odio por patética, por mis cachetes rosados, por mis senos grandes, por mis dientes grandes, por mis visibles encias, por los pelos de mi piel, por lo absurdo de mi estatura. 

Me odio por no odiarme lo suficiente, por no odiarme con la suficiente fuerza. Me odio por tenerme compasión y calmar la tormenta y no permitirme sentir el odio, ni ninguna cosa en todas sus dimensiones. Me odio porque ya estoy amando otra vez y hay en mi un poco de esperanza, un poco de autoengaño, fantasía y falsa lucidez.