Ácidos de Realidad

Ácido de realidad,
construyendo la dosis perfecta
en armonía de desequilibrios.
Arquitecto de mi decontrucción
en soledad, en completo desconsuelo.
Vacío,
en surcos desesperados lloro,
preguntándome porque siempre sale todo mal,
porqué la soledad es el único premio
y no se como se siente no estar solo,
aunque de gente esté rodeado
y me sienta bien,
me siento solo, angustiado
deseando en la vagancia
tener el éxtasis que me dan los ácidos,
cada noche, cada día,
ácidos de realidad vienen a mi,
llegan por la ventana
sin opción, sin poder renegar,
por ser cobarde ante mi propio camino.

Y me llena de ira,
y a su vez me llena de locura,
me olvido de la soledad,
canto en mi guitarra una y otra vez
aunque no es suficiente, nunca es suficiente.
Tomo un baño,
y me hundo bajo el agua,
como intentando terminarlo todo
pero no es suficiente, ni el suicidio, ni los ácidos.
Tomo la navaja,
y sutilmente bajo ácidos de realidad,
cortan la piel de mis muñecas
pero no siento nada, nunca es suficiente.
El agua se tiñe de rojo,
mi cabeza en otro plano,
mis ojos entre lágrimas y ausencia
llaman a cualquiera, pero estoy solo.

Soy el arquitecto de mis desilusiones,
mientras el tiempo pasa y da igual,
todo tiene mal final, un destino incorrecto,
y ahí, bajo ácidos, vuelo por surcos de esperanza sombría,
paranoia feliz, en ríos de vinos con mantos cálidos de agua roja,
solo,
completamente solo,
inexistente,
ambicioso de terminar mi absurda existencia,
bajo ácidos de realidad,
deconstrucción del alma,
atisbos de soledad mental,
pero nunca es suficiente
y jamás será suficiente.