Con Loreena Mckennitt
se empieza a vestir el papel
como una novia y su desvelo.
Nacen las nubes ajedrez en el cielo.
Nacen las rosas espinas llevan sombrero.
Todavía veleta,
sin enlazar si el pecho llora
o si avellano en el huerto.
No hay prisa:
melancólica la pluma
Moja una coma, un punto...
quizás un verbo
Qué con Stevie Nicks
aceituno se vuelva su pelo.
Te quiero, sí, te quiero,
Y me parece que la rama
se puebla de alondras y jilgueros .
Me ofreces amapolas,
también desnudas almohadas
en tus sueños.
No sé:
puede que decida si debo o no debo
al solfeo de violín
si lloras o me muero.
Ya estás crecida,
lo dicen tus pechos
Y esa presumida nariz
que la letra te ha puesto.
Has nacido y echo mayor
de esa imperiosa necesidad
de pintar lo que siento.
Pero me niego a terminar
este poema y que no regreses;
igual que el cántaro sin fuente
No sería yo.
Vuelve pronto.
Solo te pido una cosa:
Qué cuando vuelvas
pongas en mis ojos
cipreses y tilos siempre verdes.
- Autor: Lakota (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de julio de 2018 a las 15:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 59
- Usuarios favoritos de este poema: Hugo Emilio Ocanto, Edmundo Rodriguez, Ma. Gloria Carreón Zapata., El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Se extrañaba tu pluma poeta, esos versos que van... derivan, recorren las ramas, vuelven... mojan una coma, wow! me encantó!!! Cariños C
Gracias, Carina.
Efectivamente, esa es la intención del escrito.
Un abrazo.
Querido Amigo Andrés,
Elegante poema.
Un gran abrazo
Un abrazo, amigo.
Hermosa obra poética estimado autor, mis felicitaciones. Un cordial saludo desde México.
Gracias por tu comentario.
Siento la tardanza en responderte.
Las ausencias largas impide estar al día.
Saludos.
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