Y desperté y ahí estaba el, como cada mañana;
Mirándome con esos ojos profundos y hermosos,
negros como la noche y brillantes como el sol,
Que me dicen mil cosas, aunque no pronuncien una palabra.
Y Ahí estaba el, como cada mañana;
aferrándose a mi piel con fuerza y delicadeza,
con esas pequeñas garritas que a veces logran perforar la piel,
pero son tan delicadas y suaves
que no pueden causar daño ni dolor, no a mí.
Y Ahí estaba él, Como cada mañana;
con su incesante y profundo ronroneo que tranquiliza mi alma,
con esa dulzura que solo él puede llevar hasta mi corazón,
llenándome de sosiego y dicha para seguir el camino.
Y Ahí estaba el, Como cada mañana;
Y entonces lo miré, lo agarré contra mi pecho,
frote su negra y esponjosa cabecita,
acaricie sus redondos cachetitos,
Y por una extraña razón mi alma se llenó de sentimiento;
y no pude evitar pensar
que no siempre estará ahí, Como cada mañana.
Pero ahí seguía él, Como cada mañana;
pensativo y sabio, mirándome, aferrado a mí,
ronroneando, apaciguando ese sentimiento extraño y
por un momento me olvidé del mundo,
y esos ojos profundos que tanto adoro me invitaron a vivir,
a seguir soñando y a no pensar en el futuro, tampoco en el pasado
y a vivir sólo un día cada día;
Sólo un minuto a la vez;
pero sobre todo a ser plenamente feliz.
Y de nuevo, ahí estaba yo; como cada mañana;
aprendiendo de mi gato una lección más;
empezando un nuevo día,
abrochando mi camisa nueva,
maquillando mis enormes ojeras,
aplicando color pimienta sobre mis labios,
revisando si finalmente baje otro kilo,
decidiendo si beber té o café,
pensando en que zapatos van mejor con el pantalón beige,
y riendo; riendo frente al espejo mientras peinaba mi cabello de fuego,
porque sabía que nada de eso que hacía está mañana,
nada de eso le importaba a mi gato, y, sin embargo;
use dos horas de mi tiempo en cosas insignificantes,
en cosas que antes hacía de prisa,
y seguro mañana volveré a invertir el tiempo haciendo banalidades;
con la misma calma que me enseñó mi gato.
Y Ahí estará él, mirando las cosas raras que hago como humano
y quizá pensando en enseñarme algo más de gatos;
porque, aunque sus enseñanzas me han convertido en una persona más feliz
sé que me falta mucho por aprender.
Así que es posible que me siente junto a él,
a mirar a través de la ventana un par de horas
cómo la sombra de los árboles cambia de lugar,
mientras juntos intentamos adivinar la hora.
- Autor: BLACK (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de agosto de 2018 a las 01:18
- Comentario del autor sobre el poema: Desde niña siempre he amado a los animales, sin excepción. pero los felinos son mi debilidad y hace 5 años que adopte a mi negrito hermoso y el se convirtió en mi inspiración para querer ayudar a muchos animalitos que están en condiciones de calle o sufriendo maltrato. Fundación Grato nació del amor que siento por mi gato "DUKE",
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 25
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