AVISO DE AUSENCIA DE Verano Brisas
Ninguna
Ninguna
Nunca nuestra salvación será
el precio y la recompensa de una
claudicación vergonzante.
Lucano
Durante siete noches
la Luna no se hundió detrás del horizonte
para alumbrar el camino de la tienda
donde yacía la ramera esperando a Enkidu,
el joven y aguerrido luchador.
Sobre la piel de cordero
fornicaron sin descanso
seis días y siete noches
con la complacencia del Rey.
Cuando el pastor volvió a ocuparse
en la caza de los ciervos,
las piernas no le respondieron,
y el Rey atacó como tenía previsto,
venciendo fácilmente al decaído guerrero.
- Autor: 000 (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de agosto de 2018 a las 12:16
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: REYNA GALACTICA
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