Eres irrepetible, siempre irrepetible y sé que es obvio.
Es la característica de todos y parece tonto decirlo.
Pero el subconsciente de mi mente piensa lo contrario,
y mi corazón lo confirma, sin dudarlo cada día al despertar.
Entre todas las mujeres,
con identidades variables,
encontré sentimientos particulares
para llegar al mismo sitio.
Entre todas las almas femeninas,
existen tantas diferencias,
y a pesar de todo siempre te mostraste genuina y perfecta.
Eso te convirte en un ser perdurable
e ilimitado en cualquier momento.
Sería una gran mentira decir que eres sustituible...
Seguro haz pensado que ingenuamente lo he olvidado todo.
Te sorprendería la manera en que cada segundo te he recordado.
Sin necesidad de esfuerzo, con ausencia de rencores y malos sucesos,
aún eres un anhelo por el que insistentemente ruego mirando hacia el cielo.
Sé de la existencia de cientos de mujeres,
con andares diferentes, siempre con belleza interna, pero algo interrumpe.
Una dama siempre interviene en mi mente,
y logra en cada intento hacer irremediable
cualquier intento de olvido.
No quiero olvidarte, mujer perfecta...
La perfección que existió
todo el tiempo en ti
viene de la profundidad,
donde los humanos no podemos
respirar.
Irradias felicidad, incluso si hay tempestad
tú ríes con facilidad y eso lo admiro.
Pareces siempre querer más,
sabiendo que siendo tan joven
llegaste al límite de la bondad.
Entre todas las mujeres,
siempre aparece la más bella,
parece incomparable y es involuntario,
sé quién es, es la mujer perfecta.
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