“La vida sigue –dicen–, pero no siempre es verdad a veces la vida no sigue a veces sólo pasan los días.”
Pablo Neruda
Hoy me levanté alegre, con tu sonrisa dibujándose en mi mente. Te di los buenos días, mientras mi boca besaba la tuya que se pintaba en mi almohada.
Hoy desayuné contigo en mi corazón, más me hubiera placido llevártelo a la cama.
Me alisté e hice mil cosas y tu estuviste en cada una de ellas y por dentro, fuiste mil mariposas e hiciste que me atara a la más bella.
Y me imaginé que llamaste y me derretí con tus palabras y sentí que mi soledad se desvanecía.
Y escuché tu voz entrecortada al decirme: "Te Extraño Tanto Honey…" y yo, deseando ser cada lágrima para acariciar tu rostro y consolarte el alma.
Y te hice reír y cambié tu dolor por esperanza. Y tu risa me dio alegría y el escucharte me dio confianza.
Hoy me iré a la cama y tu esencia estará conmigo en ella, acariciaré de nuevo tu rostro en las fibras de mi almohada y besaré tu boca como quien besa una estrella.
Y en ese momento, cuando todo duerme, volaré atado a tu cuerpo, llevado por el viento de tus alas. Y el cielo será nuestro y ya no habrá abismos, ni espera, ni distancia.
Seremos uno sólo siempre y así podré morir en calma…..
C.
- Autor: Carlos Güell (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 9 de agosto de 2018 a las 15:43
- Comentario del autor sobre el poema: Carlos Güell / Compañía / Lunes 9 de agosto de 2011
- Categoría: Amor
- Lecturas: 68
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