Mis ojos inquietos siguen el cambio de tus compases,
Niño, hombre, hombre,niño.
Cada canción con su propio latido,
Juguemos a quitar el sonido de nuestras voces,
Al igual que la mezcla de dos tristes canciones,
Subir y bajar al ritmo de los roces.
Vamos a sentir la vibración de nuestros cuerpos,
¿No es eso lo único que vemos?
¿Acaso no es eso lo único que queremos?
Somos sordos y somos ciegos,
Somos mudos y somos necios,
Porque vivimos en un mundo de bajas frecuencias,
Pues tememos a sentir las estruendosas sirenas,
Esas que abren y cierran las heridas cubiertas.
Si prometes reparar con tus dedos la arritmia mía
Yo prometo bailar al ritmo de tu fantasía,
Juntos podemos ser perfecta melodía
Pero lejos quizá la más grande agonía.
Así que no dejes de tocarme como a una de tus canciones,
Reprodúceme y pausame con uno de tus botones,
Haz mis golpeteos aún más veloces,
Y destapa quizá mis ruidos feroces.
Yo solo te digo que cambies los compases,
Yo solo te pido que quitemos los disfraces,
Vamos a vivir con locura nuestras noches,
Vamos a escuchar la vibración de nuestras voces.
- Autor: Venatici (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de agosto de 2018 a las 03:52
- Categoría: Amor
- Lecturas: 23
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.