Te inventó mi soledad
buscando compañia
en los días de la oscuridad.
Nací de un suspiro tuyo,
llevándome un poco
de tu ternura
y de tu sonrisa.
Ese día me parió
tú alegría.
Tu sonrisa me amamantó
y tus ojos me amaron cada día.
Te arranqué un poco
de tus castos suspiros
y de tu encantadora sonrisa..
Hoy solo soy un suspiro
cuando te recuerdo
en mi absurda soledad.
En el frío y gélido invierno
los pensamientos vuelan
al sur de las esperanzas.
Y siempre regresan
para quedarse,
al salir el Sol.
Nacer en el atardecer
para morir al alba
es la herencia que me dejaste.
Sin pensar que todavía existo
Y que tengo un corazón
que sigue vibrando
esperando que vuelvas
a mirarme otra vez.
Antonio Encinas Carranza
D. R.
- Autor: Antonio Encinas Carranza ( Offline)
- Publicado: 10 de agosto de 2018 a las 05:47
- Categoría: Amor
- Lecturas: 74
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