A Xinia, chica gasolina
Gaste pliegos enteros de lija
secando mis lágrimas
al no poder encontrar una fisura como sonrisa
en tu fría carrocería.
Las tuercas que no ajusté
fue por errar la herramienta
y al final del camino pude ver
cuan equivocado estaba.
Y es que tenías un motor
que cualquiera pagaba por oírlo rugir
por poner más atención a otros modelos
hoy la chatarra invade mi taller.
No te pude conducir
entiendo el porqué del viaje
razón para que tus llantas te lleven lejos
y es que aquí ya no se repara ni un árbol de levas.
Ahora que te llenan con otro combustible
me doy cuenta al fin
el valor del metal, de tus aros blancos
y del suave cuero de tus asientos.
Que no diera por vivir
esas vueltas en – U –
a toda la velocidad saltando señales de transito
jugando a los piques, con una patrulla atrás.
Morir entre tus hierros calientes
saber que ya no serás de nadie
embriagarme con tu líquido de frenos
y después de la explosión, que ni la licencia aparezca.
- Autor: kalazum ( Offline)
- Publicado: 11 de agosto de 2018 a las 10:44
- Comentario del autor sobre el poema: Dedicado a una chica que le gustaban mucho los autos, el que tenía el mejor, sería su novio.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 16
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