Como un velero de rosas,
surcando tu calle,
atracado en la esquina,
amarrado a sus piedras,
esperaba pasaras,
bajo un refugio de sombras.
A tu balcón llegaban,
gaviotas de suspiros,
yo aprieto con mis manos,
un pedazo de luna,
como amuleto hechicero,
de un pirata enamorado.
Y como una ola extrema,
sacudías mi cubierta,
nada mas aparecer,
por el castillo de proa,
como sirena atracando,
mi nave de cera.
Amor sonámbulo,
llegas bajo la noche negra,
y bateas mi barco,
con el eco de un sollozo,
te ofreces desnuda,
y te tomo con mis ojos.
Mis manos rastrean,
como brújula del deseo,
ese rincón secreto,
que los dos conocemos.
Hablamos a media voz,
mientras siembro a besos,
la distancia que hay,
entre tu boca y tus muslos.
Y te cuento cosas,
que voy inventando,
de viajes y trechos,
por el atlas de tu cuerpo,
y el firmamento de tus ojos.
La breve noche,
se hace más corta,
nos falta el tiempo,
de amarnos y tenernos,
Y tú…
… de pronto huyes,
huyendo de mí,
huyendo de todo,
que vuelves a casa,
y un vacío quedas,
en mi mapa de sueños.
a.rodríguez.
- Autor: Antonio Rodriguez Bazaga ( Offline)
- Publicado: 13 de agosto de 2018 a las 08:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 36
- Usuarios favoritos de este poema: RIVAS JOSE, Alexandra L
Comentarios4
Genial poema mi estimado a.rodriguez.
Saludos cordiales.
RIVAS JOSE
Un día volverá en ese barco.
Un saludo afectuoso poeta
Bello poema, con un refinado y discreto erotismo. Placer de lectura.
Saludos, Alex.
La sutil forma en la que manejas el erotismo, es, sin duda alguna, lo mas preciado y hermoso del poema. Saludos, Antonio.
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