Cuídela muy bien, se lo ruego.
Tan encarecidamente como si en ello
fuese mi vida.
Quiero que le quede claro:
necesito verla feliz y tranquila.
Trátela como si estuviera
al cuidado de un ángel
perdido en tierras desconocidas,
como una mujer de verdad
con algo de niña.
Protégala como a su alma.
Ámela como es,
no le pido más.
No quiera convertirla
en la imagen repetida
de una obediente ama de casa,
no quiera hacer de ella
una mujer común
que solo cocina y plancha.
Simplemente porque mi hija
es mucho más que eso.
Supongo ya se ha dado cuenta.
- Autor: fernandotorres2 ( Offline)
- Publicado: 14 de agosto de 2018 a las 08:42
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 57
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