Musa alborada en el amanecer
con sus manos toma el fresco rocío,
blanca figura camina el río,
en tu cabello yo veo florecer
bellas rosas mi bendita mujer.
Venustos ojos, luceros diurnos
tiritan luminiscentes, divinos,
en la soledad de mis caminos
dan vida, a mis cielos nocturnos,
musa etérea de mi poesía lírica
tu gloria, tu virtud angelical
con un aura violácea mística
difumina en mí la perla del mal.
Tus labios rosillos, tersa textura
atestan armonía con su dulzor,
tu sabor en mi boca perdura
su sosiego, cáliz, vid de amor.
Tu regazo cálido aposento
manantial claro donde mis sueños,
brotan como claveles risueños
vuelan apacibles en el viento.
Duermo y te sueño, oh vida mía,
aquel mundo lleno de poesía
letras, música y alegoría
ecos suscita, bella utopía.
Prisma iridiscente si me miras
desbordas del arco iris su fulgor,
un mar purpúreo, eterno tu amor
un quetzal yace cuando suspiras
vuela libre con todo su esplendor.
- Autor: Escritor Nocturno (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de agosto de 2018 a las 11:50
- Comentario del autor sobre el poema: Eso y más inspiras bella musa de brillante mirar
- Categoría: Amor
- Lecturas: 35
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