Su Sonrisa

Eva

Me levanté sin palabras.
Mis pensamientos eran lentos.
Ellos parecían querer alejarte y yo parecía solo querer atraerlos para recordarte.

 

Una lucha.
Un contraste.

 

Pero los recuerdos fluían enredados entre demonios que azoraban tu imagen en una distorsión roja y encolerizada.

 

Yo buscaba la delicadeza de tu rostro, pero era tanta la ansia por recrearte, que ella misma se interponía ferozmente, retorciendo y aplastando esa calma tan necesitada. Tan solo ondeaban pequeños trazos de tu foto despedazada por la melancolía y la añoranza.

 

La melancolía y la añoranza son tan tristes que su dúo dan forma a La Gran Isla Soledad.
Una isla solo habitada por la pena, que se me aferra sin escrúpulos y se hace mi bastarda compañera, encallándose en mi sangre sin anuncio. Deshojando mi alma sin lugar a tregua.

 

Mis recuerdos vagaban entre enloquecidos y famélicos relámpagos.
Recuerdos de por allá, de por aquellas tardes de frío en la ciudad, cuando una de esas abrigadas me regaló la más bonita despedida. Adornaba su cielo un trueque entre oro y plata.

 

Coincidió contigo en mi vida, de la que tú apenas sabes nada, pero en la que por entonces ya habías desordenado los planetas, galaxias y universos que yo había construido en castillitos por el aire y que ahora yacen desmoronados en el pasado.

 


Quizá despues del desayuno y una lectura lo deseado vuelva al recuerdo y al fin atisbe tu imagen clara e integra y no otra.
Solo tu imagen. Tu figura. Tu cara.
Si acaso solamente de una luz acompañada. Una luz suave, como es en el cuello tierna caricia que a tu piel desata.
Que alumbre tu rostro y
que me enseñe de nuevo
el dulce café de tu mirada.

 

Que se apiade de mí el enigma de tu sonrisa, pues aun siendo un esbozo, lejano en mi memoria, me atraca, me secuestra y me lleva a soñar con una tarde, un sofá y una manta, tras un cristal empañado por el frío y la lluvia, donde solo se nos ocurre besarnos la sonrisa.

 

Las sonrisas son para besarlas.
Son el fiel reflejo de nuestra alma y cuando, a quien amas, una de ellas al verte se le escapa y te la regala sin condiciones y sin palabras, es Arte.
Como cuando es una sonrisa improvisada, que le sale de muy adentro sin esperarla y que se dibuja en su boca sin forzarla o como cuando sonríe y un suspiro eterno se le escapa, con ese deseo y esa ternura que terminas por ellos encarcelada.
Como cuando se esfuma tu oposición y tu entrega se hace inmediata al volverte fiel a su sonrisa y vulnerable a su llamada.
Una sonrisa… Una  sonrisa sola es capaz de predestinar de nuevo toda tu vida.

 

Y es que cuando todo eso se mezcla y nuestras sonrisas se enganchan solo nos queda compartir una tarde, un sofá y una manta, tras un cristal empañado por el frío y la lluvia, y besarnos las sonrisas. Y amarlas.

 

Y con este reflejo de un recuerdo aún no vivido es con lo que amanezco. Contenta de poder escribir una fantasía inventada. Pues no hayo momento más feliz que, sin ser poeta ni escritora, poder contigo compartir estas pequeñas historias.

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Comentarios2

  • Edmundo Rodriguez

    Querida Eva,
    Que grato leerte.
    Mi cariño, y
    Mi cálido abrazo

    • Eva

      Me alegro mucho. Un beso y un abrazo muy fuerte con todo mi cariño.

    • Ana Maria Germanas

      Eva, una preciosa prosa, delicada y expresiva.-
      Me encanto leerla.
      Un cariñoso saludo.-

      • Eva

        Valoro mucho tus comentarios. Un beso con todo mi cariño.



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