La mosca vuela,
La mosca canta en mi oído,
Intenta surcar el viento entre la habitación,
La mosca sonríe.
La mosca choca,
Una piel extraña que intenta succionar.
La mosca me molesta con su presencia.
Me toca y me toca mientras el tiempo pasa por nosotros por igual.
Intento surcar su ímpetu, pero la mosca no me conoce.
No le intereso como tantos aromas que flotan.
La mosca vuelve a mí cuando no la busco,
Y me molesta su presencia,
Ella no nota su existencia cuando me habla.
La mosca se posa en otro lugar intentando buscar
Otros horizontes que vagan en esta habitación.
El tiempo sigue traspasando mis huesos
Cuando la mosca solo siente la presencia del momento.
No busco cabida en las palabras que escucho de ella,
Mi atención vuela entre segundo cuando pierdo de vista a la mosca,
Ella me continúa abandonando, pero sigo detenido buscando
Aquella atención que buscas mis sentidos,
Por un momento pienso en mi futuro
Y la soledad que luego vendrá.
Pero, cuando caía en un vacío de preguntas,
La mosca apareció, con sus patas se colocó en mi piel,
Y todo volvió a la normalidad, ella continuaba hablando
Mientras mi atención solo era para la mosca.
La mosca comenzó a caminar y sonríe.
Por un momento quise ser aquel insecto,
Como un relámpago volví a aletear mis alas transparente.
Una mosca puede tener una imaginación inmensa,
Más inmensa que ella misma,
Tan grande como el humano que observa.
Quizás una mosca puede alguna vez sentirse distinto,
Pero solo por un momento.
G. Rasva
- Autor: G. Rasva (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 16 de agosto de 2018 a las 17:08
- Comentario del autor sobre el poema: Mosca
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 33
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