Te vi llegar
radiante y clamorosa
como llega el invierno
al monte y la quebrada. . .
Y en esa hora
de siembra y regadío
todo el vigor del cielo
lloviendo
con ansias de horizontes
se quedó cuajado
en el remanso de tus ojos.
En ti se hizo la ciudad
pródigo jardín de luces
cuando la platinada orilla
meció sus aguas
y se anegó de estrellas.
Te vi llegar
gaviota enamorada
con ímpetu de rayo
a estas playas inmensamente mudas
para habitar mi barca
lejana y solitaria.
Tus alas desplegadas como velas
rescataron al náufrago bajel.
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Autor:
Basilio Dobras Ramos (
Offline) - Publicado: 18 de agosto de 2018 a las 00:16
- Categoría: Amor
- Lecturas: 38
- Usuarios favoritos de este poema: AZULNOCHE
Offline)
Comentarios2
Bello
Magnífica metáfora.
"y se anegó de estrellas."
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