El sol me marginó
Ya no puedo ver
El deslumbrante rostro de la luna
Una rama se alza al crepúsculo
La opaca gema trata de cubrir
A la brillante luz
Que aborrece al cuervo
De suspicaces sueños
El ave junto al césped
Salpica bondad
La cual rebosa mis manos
Por las heridas que me he causado
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.