Me resbale en tí.
Caida rápida e indolora,
sequedad en mis ojos despavoridos,
rumba de tambores en mi pecho de colegiala.
Caí con los brazos abiertos;
mis blandas manos
se atraparon a todo
lo que encontraron a su paso.
¡No grité por verguenza!
Dejé la voz a mis antojos,
letras a mis ganas,
piel en el asfalto de tus verdades.
Ahora, mis manos escriben versos
mis pies tienen gruesos callos;
y aún así,
sé que no aprenderán
a caminar en tu cuerda floja.
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Todos los derechos reservados.
- Autor: Ela Dez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 19 de agosto de 2018 a las 09:01
- Categoría: Amor
- Lecturas: 51
- Usuarios favoritos de este poema: Jorge Horacio Richino, Ana Maria Germanas
Comentarios4
Interpretas y describes Ela, con un descarnizado realismo.-
Madurar en la batalla, no significa, acostumbrarse ...
Me agrado muchisimo asomarme a tu poetico mundo.
Un afectuoso abrazo .-
Gracias.Abrazos.
Amando también se aprende, aprendiendo también se ama... Cosa tan inefable la vida para mantenernos siempre en esa cuerda floja de ambivalencias...
Saludos hasta la tierra del ingenioso y genial Arquímedes...
Gracias!!
Umm muy bueno también...
Gracias a todos.
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