Voy corriendo, como las notas del piano
mis pies son dedos de infinitos acordes
mientras disonantes disparos
aceleran los pasos.
Me detengo en la última protección de la pared
y la incertidumbre detiene la posibilidad del cruce
en aceleradas escalas, los disparos marcan el camino.
Estoy inmóvil, el miedo sube de a poco
debo continuar, no puedo quedarme
las explosiones parecen fondo de tubas sincopadas
timbales definitivos.
Arrancan desde el silencio los agudos sonidos de fuego
que pasan por el claro, como apocalíptico desenlace.
Mi vida ya no tiene destino
no puedo huir, ni enfrentar el fuego
el ruido se suma a todos los sonidos
tiembla la pared a mi espalda
mientras un pequeño pájaro
se posa frente a mis pies.
El sonido ha cesado
el silencio se transforma en respiraciones
en extraños ruidos
escucho un ¡Bravo!
Y los aplauso explotan imparables
abro los ojos
y aplaudo, con el corazón acelerado
mientras el director invita a la orquesta
en agradecido saludo.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de agosto de 2018 a las 10:30
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 33
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Se me representa una magnífica actuación, realista y muy arriesgada, cuando la orquesta irrumpe se da por finalizada.
Un placer leerte amigo. Que tengas una hermosa tarde.
La realidad, en el personaje, deriva y lo lleva a circunstancias ajenas, al hoy y ahora. En este caso es muy dramática, pero cuantas veces nuestro pensamiento divaga, más allá de la realidad concreta.
Un abrazo como el sol suave de este invierno.
Esteban
Un excelente concierto son tus letras.
DTB SIEMPRE
Gracias por tu generosidad.
Un abrazo.
Esteban
Un preciado y bello homenaje surrealista estimado Esteban
Un placer pasar por tus letras
Saludos de amistad
El Hombre de la Rosa
Una comunión, entre la realidad concreta y una pequeña deriva de la misma.
Un abrazo.
Esteban
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