Luna mía, faro de lejano blanco nieve.
Te sé amor inasible a mis dedos.
¡Eres carne de mi carne desde
el albor del olvidado pretérito!
Distante, distinta, casi te puedo acariciar
mas tu hielo me quema de Sol.
Te necesito cerca, mis aguas no serían sin
tu encanto, no alzarían su espuma cual
vómito de posidonia y nata.
Me prestaría al sacrificio, Mantis irreligiosa,
para buen pasto de tu linaje, pero te arrojaría
a la adúltera cuneta del destino.
Mensual es tu recuerdo de mí, mas solo te sé en
el brillo de tu rostro, ¡concédeme tu negrura para
que devenga más negra con la mía!
¡No juegues al escondite en el proceloso espacio
salpicado de ledes estelares!!
Lunas aventajadas en belleza me solicitan allende
las galaxias, mas tú eres Eva de mi costillar.
¡Cómo dejarte!! si eres glóbulo de mi sangre.
Atado a ti cual Prometeo al águila hepática
me espero durante los próximos universos.
Tuyo en el abismo.
De cualquiera en la corteza.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 21 de agosto de 2018 a las 15:16
- Comentario del autor sobre el poema: Desamor más bien. Relaciono el mortuorio amor de la canción de Sabina con el de los dos cuerpos espaciales que nos ocupan.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: Alexandra L
Comentarios1
Esa inexplcable comunion..., esa droga necesaria....que es luz y sombra....
Esa mujer unica irrepetible, pero tal vez sustituida , y desestimada ...
Una ambiguedad, necesaria, y dolorosa .-
La cancion de Sabina , Alberto, y tu poema, una profunda conjuncion de sentimientos enfrentados.-
Una muy interesante lectura .
Te dejo un calido abrazo.-
Me alegro de que te guste esta ocurrencia, tan extraña.
Un abrazo Ana.
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