Te cruzaste por mi camino
Como una mujer divina
Que emergió de un sueño que aún no termina
Y alimentó mi fantasía y mi destino.
Con el tiempo se escondió el rastro
Del camino sinfín e insólito.
El viento sin querer lo arrastró.
abandonándolo cerca del infinito.
El rastro mortecino
Borró el camino.
La piel se hizo inalcanzable.
El olvido ronda mi calle.
Todos los astros lo saben.
Donde te has ido
Idilio maravilloso
Que secretos hay en el viento.
El tiempo es misterioso.
De hinojos y humillado
Desde mi silencio
Al querer divino
Le rezo un Padre Nuestro.
Antonio Encinas Carranza
D. R.
- Autor: Antonio Encinas Carranza ( Offline)
- Publicado: 27 de agosto de 2018 a las 10:30
- Categoría: Amor
- Lecturas: 48
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.