El sol entra tibio, por la ventana, son casi las diez y la mañana se torna mágica, sin saber por qué, la saludo como lo hago a diario, cuándo le llevo el desayuno...
¡Hola Mamá! , soy yo, aquí estoy.
Acaricio sus cabellos, la frente..., me parece todo tan normal y plácido, que, confortado me siento a su lado.
El sol, me da pleno cuando se cuelan por la ventana entreabierta, los rumores de las aves. ¡Que potente es la vida!, como fluye, siento una risa, unos niños corriendo...
El sol, ya me molesta en los ojos, aparto la mirada de la ventana y la fijo en el rítmico goteo, una tras otra, caen acompañando la respiración de Mamá.
A mi lado, burbujea incesante el oxígeno.
Me aparto de esos sentidos, mirando nuevamente la ventana..., el cielo recortado en un perfecto azul, adormece mis pensamientos, llevándome por cosas que pasé junto a ella.
La tibieza de su pecho joven, las largas conversaciones, las diferencias, que las hubo, los perdones innecesarios y esos ojos verdes, verdes que siempre me miraron.
Ella solo respira, como si cada vez, fuese para retenerme a su lado.
Navego por variados pensamientos, hurgo en dolorosas penas, pero invariablemente, siento una inmensa paz. Miro nuevamente el rostro de Mamá y parece profundamente feliz, entonces...
Entonces, pudoroso bajo la mirada.
El sol, me parece muy intenso y quedo inmerso en una absoluta luminosidad, que decanta en mi interior, infinita satisfacción. Persistiendo por unos minutos, esa sensación aislante, como si fuese un verdadero viaje.
Supuse enorme, el espacio de la ventana, donde la luz, resultaba un camino hacia la nada. Mi espíritu alborozado se expandió sin final, hasta quedar solo con el cuerpo de mi madre.
Me levanto, beso su frente ausente, salgo de la habitación e informo al médico, que la señora Perés, ha fallecido.
- Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 30 de agosto de 2018 a las 09:42
- Categoría: Amor
- Lecturas: 25
- Usuarios favoritos de este poema: larisadelesqueleto, Maria Gomiz Luna, El Hombre de la Rosa
Comentarios3
Es la segunda vez que leo el poema, y me sigue pareciendo un poema excelente y luminoso.
La pintura de tu madre, curiosa y aplicada.
Un abrazo
Si, así es, es la segunda vez que lo expongo. Ese cuadro, mi madre lo pintó a los 86 años (ella felleció a los 92, hace 16 años), el tema representa una villa miseria, como aquí llamamos a los asentamientos de indigentes. Una mente particularmente jóven, fuera de preconceptos.
Un abrazo.
Esteban
Se detienen mis latidos, tan real a sido, que reviví mis muertes en un solo respiro. Muy buen poema Esteban, te felicito.
Un cálido abrazo.
Gracias querida Beatriz, por tus palabras, la muerte, es una experiencia que nunca sabré explicar desde el amor.
Solo se, del morir, la razón mecánica que claudica la vida, pero el amor perdura, aún en la ausencia.
Un abrazo agradecido.
Esteban
Muy hermoso y bello tu versar de amor estimado poeta y amigo Esteban...
Un placer pasar por tus letras
Saludos de amistad
El Hombre de la Rosa
Gracias, estimado amigo Críspulo, por tus amables palabras.
Un abrazo.
Esteban
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