Desprendió la coraza que tenía.
Se vistió de color su mirada y contempló de su corazón la desnudez.
La melancolía se quedó parada sin decir palabra, mientras ella se ponía sus tacones.
Pintó sus deseos de rojo carmesì y buscando su mejor sonrisa, caminó hacia sus deseos.
Se despidieron de ella el desinteres y la soledad, cuando sentía en su lengua el rico sabor de un vino tinto.
Sabia que era tiempo de volver a palpar esa sensación de una mirada sedienta, de otro cuerpo que palpita con violencia al sentir su respiración.
Sabía que su corazón no era de hierro y podía saltar como loco otra vez.
La dama de hierro se miró al espejo y ddibujó en su rostro una sonrisa picara y de complicidad.
- Autor: RBD (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 31 de agosto de 2018 a las 16:31
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Claudelle Henet, Rous B
Comentarios2
Excelente poema!
me encanto el mensaje!
Saludos,
Henet😊
Gracias por tu tiempo.😏
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