Tu boca se quedó corta a mi bocado.
Tu corazón estalló de tanto hacer tripas.
Tu ojo descreyó de lo que podía ver.
Tu nariz escondió su cabeza bajo el ala.
Mi boca se secó por falta de tu saliva.
Mi corazón cambió sangre por linfa.
Mi ojo, mi tercer ojo anheló su estela.
Mi nariz, ay mi nariz, olvidó a qué huele
el amor.
Boca, corazón, ojo y nariz.
Bocado, tripas, notario, cabeza y saliva.
Viuda negra que falló en sus cálculos.
In extremis me desprendí de tu tela.
- Autor: Albertín (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de septiembre de 2018 a las 16:26
- Comentario del autor sobre el poema: Cuando nos equivocamos de llave.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 152
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