ALBOROTADO LECHO

Walter Quiroz Bustamante


Llegamos los dos a la puerta de tu aposento 
al umbral de tu instinto, al borde de lo inimaginable... 
contemplamos absortos las sabanas tendidas, 
mi mente arroja un disparo al vacío... 
y siento flotar mi cuerpo ante el estruendo clamoroso 
de nuestro deseo sediento.

Atravesamos la línea de nuestro apetito
hipnotizados los dos, iniciamos la marcha, 
la puerta se cierra inclinada a nuestro paso;
veo neblina de rosas en tus ojos... 
siento mi sangre acelerar el paso 
y mis manos respiran posado en tu cama.

Nos miramos fijamente los dos a los ojos, 
siento caer entonces mis labios al abismo, 
roza tu tibia frente y es mi primer destino; 
frotando la faz de tu encanto 
conquisto tus inquietas mejillas; 
adueñándome de tus húmedos labios 
mi piel entonces vibra y se estremece.

Alrededor nuestro, el tiempo ha detenido su marcha 
indiscretos suspiros agonizan de a poco 
beso tras beso van cerrando tus ojos 
tu cuerpo desnudo cantando agoniza... 
deleitados mis ojos van corriendo a mi fantasía; 
mi cuerpo estremecido se va al desenfreno.

Un frio calor invade mis labios 
el divino calor de tus senos ardientes 
pausan mis sentidos encandilados ; 
mis ávidas manos recorren tu femenina figura... 
mi cuerpo sumiso inicia el descenso.

Continúo la marcha con decisión seducida 
siento el calor de un valle de fuego 
mis manos abren el paso al furor de tu cuerpo 
mis húmedos besos apagan y encienden. 
el divino calor que emana tus piernas...

Mi lengua en el medio frotando tu sexo…
estalla tu cuerpo devorado por un sediento gemido. 
suspiros y delirios envuelven la cama 
tus manos ahora escalan por mis piernas 
inician la marchan al puerto sublime 
erizando a su paso mis bellos exhortos
desgarrando sin piedad el placer de la delicia... 
rendido feliz mi cuerpo a caído 
mientras tus manos recorren mi virilidad despierta.

Un sin fin de caricias mi alma estremece 
tus frágiles manos fantasías regalan 
candentes gemidos inundan el todo 
tus labios cálidos, tibios y húmedos 
acompaña tu lengua deslizándose por mi piel ardiente... 
el deseo presó al lecho abatido 
y mi virilidad completa en tu boca a caído.

Los cuerpos desnudos se funden en uno 
desprendiendo aroma a deseo supremo
tu silueta ansiosa permite al mío
poseerte como has querido
te pones frente a mi regalándome ardientes miradas... 
tus caderas en movimiento me llevan al cielo.

Mis ojos a tu cuerpo han cautivado en mi mente
como mi corazón ha grabado tu querer; 
veo tu cabello, tu cuello, tu espalda, tus pechos… 
tu pose canina enciende más aún mis sentidos,
quedando cautivo en movimientos de aullidos... 
mientras mil gotas de sudor inspirado 
bañan mi cuerpo de amor y placer.

Tus ojos de fiera ingenua, han sido presos por los míos 
propulsando mi cuerpo sobre la quejosa cama; 
tu sonrisa desvergonzada sobre mi vista perdida 
hacen caer tus senos sobre mi boca abierta 
juegas a darle al blanco establecida sobre mi cintura... 
un estruendo habrá en nuestro cuerpo cuando aciertes 
pensamos estruendo... un estruendo fue poco.

No sabemos si el tiempo se ha detenido o se ha esfumado 
cuánto habrá tardado mi boca en alcanzar la tuya; 
pecho con pecho sigo penetrando en tu vida 
tu respiración ceñida, presurosa, quejumbrosa 
parece ir al ritmo de nuestros movimientos... 
el final de todo, nuestros cuerpos son sólo placer sincero
y la mitad de nuestra vida viajando en nuestro cuerpo.

Al final el alborotado lecho nos permite el descanso 
tu rostro pegada a mi pecho acompaña un suspiro 
no hay fuerza creada que pueda separarnos ahora

“Te Amo” ... frase tímida y complacida nos regalamos 
han pasado cinco respiros... un gesto de unión total... 
mi pierna, tímida aún, pasa por entre las tuyas 
aprovechando el lecho alborotado

       

Ver métrica de este poema
  • Autor: walter Quiroz el legendario (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 1 de septiembre de 2018 a las 21:58
  • Categoría: Erótico
  • Lecturas: 29
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.