Y ahí estaba mi corazón. Consciente de que estaba a punto de saltar al precipicio.
La audiencia lo miraba y se apreciaba la tensión.
Era un latir poco frecuente. Pero pocos son los que obedecen los sonidos de las primeras advertencias:
"No saltes", "No corras", "No te pierdas".
Aturdido entre las recomendaciones y los latidos que cada segundo parecían incrementar, y la ceguera que poco a poco comienza a dar, se escuchó una melodía desde lejos.
Era Claro de Luna, de Bethooven. Y como si se provocara un orgasmo, en un salto desde lo más alto el corazón despegó sus pequeñas venas ensangrentadas del suelo, dispuesto a lo que fuera.
"¡Pero es que todos quieren este sentir, pero nadie se arriesga a las consecuencias! ¡Dejen de mirarme así! ¡Tengan el valor de saltar, de sentir, de salir corriendo y gritar al mundo cuanto son capaces de..."
- EL CORAZÓN MURIÓ.
- Autor: Nadia Almazán (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de septiembre de 2018 a las 22:57
- Comentario del autor sobre el poema: El corazón en realidad no muere. Siempre está vivo. ¡Esa es la clave! Parece que muere o se hace pedacitos... pero es su crecimiento, su aprendizaje. No muere, hasta que deja de latir. Y como tal, mientras haya vida, a repartir amor a quien se permita recibirlo.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 43
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