SI POESÍA QUIERES LEER,
EN ELLA TE DEBES VER.
¡Callad! ¡Callad! ¡No volved
oh lágrimas inmundas y perezosas!
Mas, todavía quiero, antes que a vuestra merced,
lo inconmensurable de las diosas
del amor y no en pos vuestra desgracia.
¡Oh, lágrimas hermanas de la tristeza!:
salid de mí (pues no hacéis gracia)
e iros al averno sin más pereza.
También existen lágrimas de alegría,
bien es cierto, que a éstas bien las quiero
y pocas veces las tengo de noche o de día,
pero son bienvenidas, pues son un bien placentero.
Lágrimas de cocodrilo: ¡embustera!,
¡callad! ¡callad!. No quiero vuestro pecho,
¡no, no!, alejaos y arded en la bandera
putrefacta que yo mismo os he hecho.
Lágrimas calladas que no paran de opinar;
necesarias por naturaleza y de por vida.
¡Callad! ¡Hablad! Sabed notar,
que jamás se callarán o hablarán sin despedida.
- Autor: Nacho Rey (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de septiembre de 2018 a las 09:33
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 47
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios2
Sentido y triste poema el que nos ofrece hoy; saldrán las lágrimas de ti, para dejarte limpio de tristezas.
Un fraternal saludo.
Hermoso genial y sentimental poema has escrito hoy estimado poeta y amigo Nacho Rey..
Un placer pasar por tus letras.
Saludos de amistad.
El Hombre de la Rosa
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.